El loop es un recorrido en moto de 3 días en los que te haces 450 km disfrutando de paisajes increíbles, de esos que te dejan sin habla. Es una pasada, aunque hay que tener en cuenta que son varias horas al día de caminos y carreteras de montaña, es decir mucha curva y pendientes, aunque merece la pena.
Para hacer el loop hay que ir Thakhek. Nosotros fuimos en autobús desde Vientianne y llegamos por la tarde. Hicimos noche allí para comenzar el loop al día siguiente por la mañana. En cuanto a alojamiento, no había muchas opciones y era más caro que en el resto de lugares que habíamos estado, había gente que comenzaba el loop el mismo día de llegada que es una buena opción si tienes menos tiempo y llegas pronto a Thakhek.
Tras llegar al hotel y dejar las cosas fuimos a dejar reservada la moto para cogerla al día siguiente. La cogimos con Wing Wang Rental y lo bueno es que podías dejar las mochilas allí y te las guardaban durante los 3 días que estabas haciendo el loop, con lo que te puedes llevar una mochila pequeña para esos 3 días y el resto de equipaje dejarlo allí. Además, puedes elegir la moto y puedes probarla antes de irte. Te dan un mapa de papel con el recorrido, que nosotros seguimos sin problema y hay varias gasolineras para repostar antes de salir.
Día 1: Thakhek – Thalang
El recorrido del primer día no es muy largo, consiste el primer día en llegar a Thalang, un pueblo diminuto con cuatro casas y un par de Guest Houses. Por el camino disfrutamos de unas vistas preciosas, una mezcla de azul y verde constante en el horizonte, con esas montañas redondeadas tan típicas de Laos y que tanto me llamaban la atención a mí. Pasamos por tramos que eran caminos, aunque la mayor parte del trayecto fue por carretera y se hacía bien.

Nosotros llegamos a Thalang sobre la hora de comer e íbamos sin alojamiento, así que al llegar allí preguntamos en ambas Guest Houses y nos decidimos por Sabaibee Guest House. La habitación era tipo Bungalow, con el porche con vistas al río. La verdad es que para estar en medio de la nada estaba muy estaba bien y había una zona en la que servían comidas. Al cruzar la carretera había otra Guest house en la que había más gente joven y tenía un bar, así que nos vino bien para tomar una Beerlao por la tarde y relajarnos después de la ruta.
Día 2: Thalang – Konglor
El segundo día pusimos rumbo a Konglor, nuestra segunda parada, donde se encuentra la Konglor Cave, una cueva que se puede ver por dentro y que prometía mucho. El trayecto fue algo más largo que el día anterior, unas 5 horas, ya que algunos tramos de la ruta fue por caminos y teníamos que ir más despacio. Además también había más subidas y más curvas, muchas bastante cerradas, así que había que ir despacio y con atención. Al estar rodeados de naturaleza y bosque gran parte del camino, parar en cualquier parte a descansar es fácil. Pasamos por más pueblos que el día anterior, pudiendo ver su día a día, sus casas construidas sobre palos o sus tiendas en las que podían vender de todo.

A mitad de camino paramos en las Cool Spings, un río que estaba indicado en el mapa para darnos un baño. Tenía como una zona más tranquila en la que se formaba un lago y te podías bañar, el agua estaba congelado, pero el sitio era muy bonito. Estaba rodeado de árboles muy altos y tenía el agua muy azul. Podías nadar, aunque si te acercabas a la zona en la que se estrechaba y se unía al río, había algo de corriente.
Allí encontramos a unos niños que tenían una barca, pero resulta que no tenían remos! Así que utilizaban las chanclas como remo para desplazarse. Era increíble la agilidad con la que subían y bajan de la barca!
Nos resfrecamos y descansamos allí un rato y emprendimos de nuevo nuestra ruta, de nuevo disfrutando de paisajes que te dejan sin habla. Me encanta la sensación de ir en la moto sin hablar, solo atenta a ese paisaje que transmite tanta calma y tranquilidad, pero que a la vez no deja de sorprenderte.

Finalmente llegamos a Konglor a eso de las 4 de la tarde. La zona tenía algo más de vida que Thalang, había más casas y un par de restaurantes. Íbamos de nuevo sin alojamiento, así que preguntamos en un par de sitios y nos quedamos en la casa de una familia de lo más adorable. Tenían una niña que pese a no hablar inglés no le importaba estar a nuestros alrededor y e intentar explicanos cosas con gestos. La casa estaba muy bien y tenía wifi!!
Día 3: Konglor Cave – Thakhek
El tercer y último día de ruta lo comenzamos yendo a visitar Konglor Cave, una cueva de 7 kilómetros que puedes recorrer por dentro en barca, una experiencia inolvidable. Está en una especie de bosque, la moto se puede dejar fuera y accedes caminando al recinto. Ahora al parecer, también hay una opción de entrar con la moto, pero cuando nosotros fuimos no se podía. Nosotros como no queríamos pagar parking ni ir cargados decidimos dejar todo en la Guest House y volver a por ello tras visitar la cueva, ya que estaba cerca.
Una vez allí, se paga la entrada y te subes en una barca con un guía local que te lleva por la cueva. A mí personalmente esta experiencia me pareció una pasada, ya que te adentras en una cueva al natural, no hay iluminación y muchas veces no se sabía que venía despúes. Nada más entrar baja la temperatura, dejas de ver con claridad hasta que te adaptas y empiezas a notar las corrientes y la barca va cogiendo velocidad. Para mí la sensación me recordó a cuando te montas en la típica atracción de agua de las cuevas piratas, que vas expectante por ver que hay al doblar la esquina, quieres ver pero a la vez te da cosa porque no sabes lo que hay, solo que esto es de verdad y la emoción aumenta.

El recorrido dura unas 3 horas y pasas por zonas con mayor y menor flujo de agua y algunas con tan poco agua que toca bajar y empujar la barca. A medida que vas recorriendo tendrás que adaptarte a los cambios de luz y de espcio, ya que hay zonas con techos más bajos que otras. Durante el camino paramos a ver fomaciones rocosas naturales, una vez más siendo testigos de como la naturaleza crea estructuras y cambia con el paso del tiempo y la erosión del agua.
Hay un tramo del recorrido en el que se sale de la cueva y se recorre el río para llegar a una aldea local en la que se para un rato a tomar a descansar o tomar algo. las vistas al salir eran preciosas, de repente volvía la luz, las montañas y la naturaleza. Después, se vuelve a la barca y se emprende el camino de vuelta a la entrada.

Para mí esta fue una experiencia muy chula y diferente, ya que no todos los días te metes a recorrer las entrañas de una cueva de 7 kilómetros.
Ten en cuenta que vas en una barca de madera y las corrientes y profundidad cambian, con lo que algo mojado acabas. Os recomiendo calzado para el agua y nosotros llevamos unas bolsas para meter las mochilas y poder dejarlas en la barca sin preocuparnos, ya que a veces entraba algo de agua.
Si no queréis hacer el loop, pero queréis visitar la cueva, tenéis la opción de llegar en autobús desde varios puntos del país, lo más común es ir desde Vientiane, desde donde sale una excursión de un día.
Tras visitar la cueva toca poner rumbo de nuevo a Thakhek. La vuelta se basa en varios caminos hasta llegar a la carretera principal que va directa a Thakhek. Llegamos sobre las 3 de la tarde, dejamos la moto, recogimos las cosas y nos fuimos a comer a uno de los restaurantes que había en la plaza que estabo al lado del lugar de alquiler.
A las 8 de la tarde teníamos nuestro autobús con rumbo a Don Det,, donde termina nuestra ruta de 17 días en Laos. Nos esperaba una noche larga en la carretera en la que vivimos toda una aventura hasta llegar a nuestro bungalow.
6 comentarios sobre “Thakhek y el loop de Laos”