Islandia es un país que no deja indeferente a nadie y en especial, es el lugar perfecto para los amantes de la naturaleza y aquellos a los que les encata perderse en medio de la nada. Si tuviera que definir Islandia con una palabra elegiría inmensidad, ya que cuando miraba a mi alrededor o visitaba enclaves naturales, lo que mas dije fue “es que es immenso” y es que es naturaleza en estado puro. Las cascadas son tan enormes y hacen tanto ruido que no oyes a la persona con la que estás comentando esa grandeza y cuando vas en el coche, el paisaje no parece terminar nunca.
Además, no podemos olvidar que este país nos ofrece la posibilidad de ser testigos de algo tan especial como la aurora boreal. He de decir que no es fácil verla, ya que depende de varios factores como el tiempo, si hay nubes y la hora, pero cuando por fin lo consigues, es increíble.
Por todo esto y mucho más que os contaré a continuación, creo que Islandia es uno de esos sitios al que todo el mundo debería ver alguna vez en la vida. Aquí os dejo mi ruta de una semana:
- Día 1: Llegada a Reikjavík
- Día 2: Círculo de oro
- Día 3: Reikjaví – Vik
- Día 4: Vik – Skaftafell
- Día 5: Jokulsarlon
- Día 6: Vuelta a Reikjavík – Lago Kleifarvatn
- Día 7: Reikjavík
Día 1 Reikjavík
Es la capital de país y donde más vida encontraréis. Es una ciudad pequeña, con mucha zona portuaria, casitas de colores y donde podréis probar todo tipo de pescado, desde ballena hasta tiburón.

Nuestro primer día llegamos pronto, así que una vez cogimos el coche de alquiler y dejamos las cosas en nuestro hotel nos dirigimos a recorrer el Paseo Marítimo del puerto viejo, visitamos el centro y cenamos en Bæjarins Beztu Pylsur, conocido por tener los mejores perritos de Islandia. Después nos fuimos a Grotta Lighthouse a intentar ver la aurora boreal.
Nosotros dividimos la visita de Reikjavik en dos partes, el primer día visitamos parte de la ciudad y terminamos de verla a la vuelta de nuestra ruta en coche, nos dejamos un día y medio al final para ver los lugares que nos quedaban por conocer. En este post te dejo todos los detalles de lo que puedes hacer en Reikjavik en 3 días.
Día 2 Círculo Dorado
Este es el recorrido más visitado desde la capital y no te puedes ir sin hacerlo ya que visitarás lugares únicos en los que la naturaleza es la protagonista. Se puede hacer en un día desde Reikjavik, ya sea en coche por tu cuenta o en una excursión organizada tanto en grupo como privada, las excursiones puedes contratarlas online o en el propio alojamiento al llegar. Nosotros lo visitamos en coche y es una ruta sencilla, todo está bien señalizado y las distancias de un punto a otro no son muy largas. El círculo de oro consiste en tres paradas que te explico a continuación:
Gullfoss

Es una cascada inmensa que no podréis dejar de mirar y admirar. Para verla en todo su esplendor hay que hacer una subida y entonces se puede observar desde arriba. Nosotros fuimos en Febrero y había partes congeladas, era una pasada verlas junto a tanta nieve a la vez que una masa de agua enorme circulaba con tanta fuerza. Sin duda, empezar el día viendo esto fue algo muy top.
Geysir
Cuando llegas al parking de esta zona ya sabes que estás entrando en territorio desconocido por el olor en el aire, que viene del azufre que hay en el suelo. A medida que te vas adentrando se va notando algo de calor y puedes ver zonas del suelo en las que hay agua hirviendo. Tras caminar unos minutos por fin llegas a la atracción principal, el gran Geysir, alredor del cual la gente espera impaciente para ver el espectáculo.

Los Geysir son pozas geotérmicas en la que el agua que está debajo de la tierra se calienta tanto que llega un momento que ebulliciona y sale a la superficie como si fuera una fuente gigante. Es algo impresionante y el momento de espera rodeando la base por la que va a salir el agua es muy emocionante. Cada diez minutos aproximadamente se produce este fenómeno, con lo que no os vais a del lugar sin verlo. Toda la zona está señalizada, con lo que es muy seguro andar por allí.
Thingvellir national park
Esta es la última parada del recorrido. Un parque natural patrimonio de la UNESCO en el que las vistas son preciosas. Tienes varios miradores y un lago en el que se puede parar. Nosotros lo recorrimos con el coche admirando las vistas e hicimos un par de paradas en miradores.
Día 3 Reikjavík-Vik
Hoy pusimos camino a Vik desde Reikjavik haciendo varias paradas por el camino, de nuevo visitamos lugares naturales que nos encantaron y disfrutamos de preciosas vistas durante todo el camino:
Seljalandsfoss
Esta es una pequeña cascada muy bonita, a la que te puedes acercar bastante. Si la visitas en una época más cálida la puedes observala también por detrás ya que se puede caminar por esa zona.

Skogafoss
Otra cascada que te dejará con la boca abierta. Es inmensa y podrás admirarla tanto desde abajo como desde arriba. Cuando la veas desde abajo puedes acercarte bastante, pero ten en cuenta que cuanto más te acerques, más te mojarás!
Para verla desde arriba tendrás que subir una especie de colina. Hay unas escaleras metálicas cuando vas llegando a la zona más alta y espacio para dos filas de gente, una de subida y otra de bajada, pero cuando hay mucha nieve esto es complicado. Había que tener cuidado y paciencia. No todo el mundo sube al mismo ritmo y si no llevas el calzado adecuado es una zona resbaladiza, así que la subida puede convertirse en toda una aventura. Como suele pasar con los esfuerzos, luego obtienes tu recompensa, y en este caso son unas vistas preciosas de la cascada desde arriba y de toda la zona en general, ya que puedes admirar todos los alrededores nevados y esa bonita imagen tan característica de allí en la que la nieve “se junta” en el horizonte con el mar y no estás seguro de donde acaba la isla.
Sólheimasandur: avión abandonado
Sabíamos que por la zona había un avión abandonado que decían que, pese a ser turístico, merecía la pena ver y lo terminamos viendo de casualidad porque no está ni cerca, ni bien señalizado. El GPS no sabía muy bien donde mandarnos, así que encontramos un parking cerca de donde se suponía que estaba el avión y echamos a andar, básicamente seguimos a la gente que tiraba como si supiera a donde iba. El camino hasta el avión es largo, unos 30 minutos, aunque el paisaje es impresionante, así que a mí, pese que por momentos parecía que no íbamos a llegar nunca, se me hizo bastante ameno, era como estar en una peli de aventuras caminando hacia lo desconocido. Todo alrededor era blanco y azul y cuando mirabas al horizonte no veías un final, una vez más parecía que había mar al final, pero no se sabía donde terminaba la tierra.

Después de una caminata con varios resbalones y muchas fotos de portada de disco avistamos el avión! Como esperábamos había mucha gente, pero aún así es curioso de ver. Puedes acercarte y mucha gente se sube. Este avión es americano y lleva abandonado en la playa de Sólheimasandur desde 1973, cuando se quedó sin combustible y se estrelló. Afortunadamente todos los pasajeros sobrevivieron, pero el avión se quedó allí y finalmente se ha convertido en una atracción turística más de la zona.
En cuanto al alojamiento, nos quedamos en el hotel Hotel Drangshlid. Los dueños eran muy majos, la comida del restaurante estaba muy buena y las habitaciones estaban muy bien con unas vistas son muy chulas al despertarte, pero estaba algo retirado de Vik. Nuestra idea era quedarnos en esa zona para al día siguiente ya arrancar desde allí, pero no había alojamiento disponible cuando miramos y nos decantamos por este lugar que estaba a 20 minutos en coche.
Día 4 Vik – Skaftafell National Park
Hoy nos esperaba un día mucho coche pero, además de las preciosas vistas que nos acompañarían todo el camino teníamos paradas muy prometedoras que rompían la rutina de la carretera blanca e interminable.
En primer lugar paramos en la Black Sand beach, que fue sin duda una de las playas más bonitas e impresionantes que he visto nunca. Paramos primero en una zona de acantilados que había antes de llegar a Vik para apreciarla desde arriba. La imagen era totalmente de postal en blanco y negro. La arena era de un negro muy intenso y luego al estar todo nevado creaba un contraste precioso.
Después paramos ya en la zona de Vik de acceso a la playa donde las vistas también eran increíbles. La arena no era muy fina y en la orilla había rocas, pero una vez más la combinación de arena negra y nieve era una pasada.
Como no podía ser menos, nos acercamos a la emblemática Iglesia de Vik. Durante tu estancia en la isla verás que en todo pueblo, aunque sea de 3 casas, tienen su Iglesia de madera. Siempre suele ser el edificio más alto y muchas veces, como en el caso de Vik, se encuentra en la zona más alta del pueblo.
Antes de llegar a Vik podéis visitar la playa Reynisfjara, conocida por sus columnas de basalto, nosotros queríamos llegar pronto a Skaftafell para poder hacer alguno de los trekking, así que decidimos dejar esta playa el día de vuelta a Reikjavik ya que pillaba de paso, pero si vais con tiempo podéis parar.
Tras pasar un rato en la playa pusimos rumbo a Skaftafell National park. Antes de dejar Vik os recomiendo que echéis gasolina y aprovechéis si tenéis que comprar algo de comida o bebida ya que el siguiente lugar en el que podréis hacerlo está a 70 km.
Disfrutamos otro día más de vistas preciosas y blancas por la carretera. Por el camino vimos muchos de los caballos de islandia, con su melena tan llamativa. Si te gusta este animal, no te preocupes, ya que lo verás en más de un sitio durante tu recorrido y en muchos se puede parar para verlos de cerca e incluso tocarlos.

Tardamos algo más de tres horas en llegar al parque nacional ya que había un atasco debido a que necesitaban mover un coche de la carretera. Allí las carreteras son estrechas y solo tienen un carril de cada sentido y muchas veces la carretera se estrecha en un solo carril y hay que esperar a que te toque tu turno para pasar, con lo que la conducción es más lenta y en cuanto pasa algo la carretera se corta.
Skaftafell National Park
Finalmente llegamos a Skaftafell National Park a eso de las tres y decidimos hacer uno de los trekking cortos y sencillos. Una vez allí podéis elegir distintos niveles y duración para vuestro recorrdio. En algunos tenéis que tener en cuenta si hay hielo ya que debéis llevar un buen calzado o alquilar los escarpines. A la entrada del parque veréis un mapa con circuitos diferenciados por colores y se especifica la dificultad, kilómetros y duración, con lo que es fácil elegir dependiendo de la energía o tiempo que tengáis. Los recorridos están marcados por carteles del color de tu ruta, con lo que es sencillo hacerlo por tu cuenta sin perderte. Nosotros hicimos un recorrido de dos horas ya que si lo hacíamos más largo se nos haría de noche antes de terminar. Durante el camino una vez más, fuimos testigos de la imensidad de los paisajes de Islandia que ofrecen imágenes de película. Una de las cosas que más me llamó la atención era ver los pequeños glaciares emerger del agua o verlos aparecer cuando subíamos a una zona más alta. Me encantaba esa mezcla de colores de marron, verde y azul que creaba la naturaleza cuando se la deja campar a sus anchas. Sin duda la visita mereció la pena las horas de carretera.
En cuanto aL alojamiento, no hay muchas opciones por la zona, lo que hace que la oferta que hay sea algo cara. Tened en cuenta que coger algo más alejado que puede que sea más económico, supone más horas de coche ese día, con lo que es algo deberéis sopesar. Yo os recomiendo echar un ojo a las habitaciones de Fosshotel Glacier Lagoon o de Adventure Hotel Hof, que no están muy alejadas de Skaftafell National Park.
Día 5: Jokulsarlon
Por fin llegaba el día de ir a Jokulsarlon!! De todas las maravillas de Islandia, la que más me emocionaba visitar era esta y es que no todos los días puedes ver un glaciar tan de cerca y mucho menos puedes ser testigo de eso que nos explicaron tantas veces en conocimiento del medio, el momento en el trozos de hielo desprendidos del glaciar y bajan por la lengua del glaciar hasta adentrarse en el océano, fue algo maravilloso.

Jokulsarlon es un lago de 248 metros de profundidad que abarca de unos 18km cuadrados y tiene glaciares de más de 1000 años de antiguedad, una maravilla como decía antes.
Podríamos decir que Jokulsarlon consta de dos partes, el Glacier Lagoon y la Diamond Beach. La zona del Glacier Lagoon es donde podéis ver los glaciares. Desde que lleguéis los vais a ver, pero tenéis la opción de coger un barco y verlos más de cerca con diferentes excursiones. Para los más curiosos, también existe la opción de una excursión en zodiac que entra dentro de algunos de ellos. Además, también está la de visitar las cuevas de la zona. Os recomiendo que si os interesa hacer alguna de estas excursiones lo miréis con antelación, ya que hay algunas que no se hacen durante todo el año y que necesitan reserva previa. Para la opción del barco no se necesita reservar ya que salen varios al día.
Junto al Glacier Lagoon encontramos Diamond Beach, probablemnte la playa más especial y curiosa que haya visto nunca y es que recibe este normbre porque muchos trozos de hielo que provienen de los glaciares se quedan en esta playa estancados en su camino al océano. Es una pasada ver esas rocas de hielo sobre la arena negra. Las tenéis de todas las formas y tamaños, los amantes de las fotos podéis pasar un rato de lo más divertido buscando diferentes perspectias y jugando con los efectos que crea el hielo. Sin duda un lugar que bien merece la pena las horas de carretera.
Por si todo esto fuera poco, también tuvimos la suerte de ver focas! Suelen estar por el área y a veces se acercan a la zona de la orilla, aunque sin salir, pero al menos puedes llegar a verlas.
Después de todo esto espero que entendáis porque este era el lugar que más me emocionaba ver de todo Islandia.
En cuanto al alojamiento para hoy, decidimos volver hacia la zona de Vik y ya dormir allí. Desde Jokulsarlon hasta Reikjavik son casi 6 horas de coche, así que como no nos iba a dar tiempo de hacer el trayecto sin que se nos hiciera de noche y no queríamos pegarnos una paliza al día siguiente decidimos llegar hasta Vik y así hacer medio camino. Nos quedamos a dormir en una guest house cerca de la catárata Skogafoss y esa noche, muy cerca de la zona de catarata conseguimos ver la aurora boreal!! Hacía mucho frío y estuvimos un buen rato esperando, pero sin duda merecieron la pena la espera y los intentos todas las noches anteriores para poder ver ese haz de luz verde. Para saber a que hora había más posibilidades para verla, como cada noche consultamos esta web en la que están las predicciones detalladas por zona y hora.
Dia 6: vuelta a Reykjavík
Hoy amanecimos con un paisaje diferente, la madrugada anterior estuvo lloviendo y eso hizo que mucha de la nieve acumulada en el campo se deshicieray viéramos una imagen más verde y marrón, no solo blanca. Había zonas con agua helada súper azul y pequeños arroyos alrededor. Fue algo que nos gustó mucho ya que tuvimos la oportunidad de ver los paisajes de dos maneras diferentes, a la ida todo era nieve y horizontes totalmente blancos y a la vuelta tuvimos una vista menos invernal. Como véis, recorrer Islandia conlleva muchas horas de coche, pero los paisajes de los que se disfruta hacen que todos esos kilómetros merezcan la pena.

Antes de emprender nuestro camino de vuelta a Reikjavik, hicimos una parada que teníamos pendiente, la de la playa Reynisfjara y sus columnas de basalto. Una vez mas fuimos testigos de las maravillas que nos dejan los procesos de la naturaleza. En este caso, la formación de estas columnas se la debemos a la actividad volcánica de la isla, ya que la lava al enfriarse entrando en contacto con el aire se solidifica formando esta estructura con columnas que llegan a medir hasta 66 metros de altura. Sin duda, otro lugar en el maravillarse con un paisaje muy distinto al resto.
Tras casi 3 horas de viaje llegamos a Reikjavik, donde ya comimos y como aún nos quedaban unas horas de luz nos acercamos al lago Kleifarvatn que estaba cerca de la ciudad. El lugar nos gustó, aunque yo recomendaría ir a verlo en una época más cálida ya que cuando fuimos estaba completamente helado y rodeado de nieve por todas partes. Ver un lago helado impresiona y es algo que no se ve todos los días, pero el paisaje era muy similar a lo que veníamos viendo toda la semana por la carretera, con lo que no nos llamó la atención especialmente.
Nuestro plan este día era ir al Blue Lagoon y pasar la tarde allí. Pensamos en mirarlo el día que llegarámos, ya que queríamos ir el último día, pero no había nada disponible en tres semanas, así que nos quedamos con las ganas. Si te interesa visitarlo, no te confíes y cometas el mismo error que nosotros y reserva con antelación. Puedes comprar las entradas online en la página oficial y podrás elegir entre varios tipos, cuyo precio varía según lo que incluya. Los que vayáis podéis luego volver y contarnos como fue vuestra experiencia!
Día 7: Reykjavík
Después de tantas horas de coche los últimos días, hoy decidimos visitar lo que nos quedaba en Reykjavik y tener un día más tranquilo, sin madrugar, con más paseos y pescado fresco y menos horas de carretera.
Comenzamos el día visitando Hallgrímskirkja, la catedral de la ciudad y después nos dedicamos a pasear por la zona y sus calles coloridas con tiendas tipo cabaña.
Como era el último día no nos podíamos ir sin visitar el restaurante Saegreifinn, que es el lugar más recomendado para probar todo tipo de pescados, incluso ballena y tiburón. Finalmente terminamos el día dando un paseo por la zona del puerto y nos volvimos para el hostel a descansar y preparar todo para dejar esta isla que durante una semana nos dejó con la boca abierta en innumerables ocasiones.
Sin duda Islandia es un lugar peculiar y diría que único. Nuestra semana allí nos dejó recuerdos e imágenes que no olvidaremos nunca. Ahora te toca a tí, a gastarse los pies en Islandia! Aunque antes te recomiendo que eches un vistazo a este post en el que encontrarás consejos e información a tener en cuenta para organizar tu viaje.
4 comentarios sobre “Islandia, ruta de siete días en coche”