Una semana en Marruecos

Marruecos es un país lleno de colores, olores e historia. En sus ciudades podemos encontrar algunos de los edificios más antiguos del mundo, increíbles fachadas y perdenos recorriendo las estrechas calles de las medinas, siendo testigo del ajetreo del día a día.

Sin duda es un país que tiene mucho que ofrecer y que se ajusta a diferentes tipos de viajes y gustos. Los amantes de la arquitectura y el arte disfrutarán de este país tanto como los amantes de la comida o el surf.

Aquí os dejo la ruta de una semana por Marruecos, tened en cuenta que una semana da para mucho en este país y que la ruta se puede adaptar. Nosotros no incluímos la excursión la desierto, si queréis hacerla podríais añadir un par de días más o prescindir de alguno de nuestros destinos e ir al desierto en su lugar.

  • Día 1: Marrakech
  • Días 2 – 3: Essaouira
  • Día 4: Essaouira – Fez
  • Días 5 – 6: Fez
  • Día 7: Chefchaouen

Marrakech

Marrakech es una ciudad caótica y con mucho movimiento, hay todo tipo de opiniones sobre ella pero personalmente pienso que merece la pena conocerla. Hay mucho que ver e historia que conocer. Yo pienso que para conocer un lugar hay que ver todas sus caras, las bonitas y relajantes, pero también las que no lo son, así nos empaparemos más de su cultura y conoceremos las diferencias entre unas zonas y otras.

Nosotros pasamos allí sólo un día y medio, ya que nos apetecía algo de tranquilidad en este viaje, pero si os interesa conocer más la ciudad, podríais alargarlo a 2 ó 3 días.

Nuestro primer día llegamos por la mañana, nos alojamos en el Rooftop Hostel, un lugar bien cuidado, con habitaciones amplias, limpio y azotea. Dejamos las cosas y fuimos a dar una vuelta a la famosa Plaza Jamaa el Fna, un lugar lleno de moviento, puestos de comida y terrazas desde el cual salen decenas de calles por las que adentrarte a diferentes zonas de la medina. Después de comer algo decidimos hacer el free tour de Marrakech ya que nos habían comentado que moverse por la medina era complicado y qué cierto era! Es un lugar enorme con muchas calles estrechas que se cruzan y que se parecen y por las cuales es fácil perderse, con lo que la opción del tour para conocer la medina y situarse es muy recomendable. A nosotros nos pareció muy interesante ya que nos contaros muchas cosas de la historia de Marrakech y Marruecos y de la religión musulmana. Es muy interesante aprender sobre su cultura, su estilo de vida y lo que supone para ellos la religión.

Bab Agnaou

Gran parte del tour nos movimos por la medina y sus barrios. La medina se compone de calles estrechas, de colores claros y techos bajos para crear sombra y protegerse del calor que es tan agobiante a veces. Aprenderás sobre todos los adelantos que consiguieron los árabes no solo en cuanto a la canalización de agua y arquitectura. Verás que las casas son sencillas por fuera y es que ellos no quieren ser ostentosos, las riquezas y lujos están dentro. En cuanto a los maravillosos colores y mosaicos de los arcos y palacios, aprendimos que los musulmanes no pueden esculpir formas de personas o animales, con lo que vuelcan toda su creatividad en los mosaicos y la geometría.

Zoco

Durante nuestro recorrido también visitamos las diferentes partes del zoco, conociendo la zonas de comida y especias, la de los herreros, los artesanos del cobre, etc, lo cual es bastante útil para conocer como está organizado y situarte. Además también visitamos los diferentes barrios como el Barrio Mouassine o el Judío, llamado Mellah. Sin duda es un recorrido lleno de historia, mezcla y curiosidades, lleno de colores y olores a especias.

Farmacia

A mitad del recorrido hicimos una prada en una farmacia donde nos mostraron diferentes remedios naturales y, por supuesto, el famoso aceite de argan, un producto increíble. Durante tu visita encontrarás el aceite de argán en varios lugares, algunos son cooperativas de mujeres que les dan la opción de trabajar, así que si os interesa comprar este producto os recomeindo que lo hagáis en una de las cooperativas ya que estaréis ayudándolas. Nos enseñaron varios productos, sus usos y nos explicaron cómo los hacían. Yo personalmente soy muy fan de los aceites esenciales y remedios naturales, así que esta parada me pareció muy interesante.

Continuamos nuestra ruta y llegamos a Bab Agnaou, una de las puertas de entrada de la muralla que da acceso a la Medina. Esta es una de las principales y más emblemáticas. Desde allí fuimos a la mezquita Koutoubia, uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad por su minarete de 66 metros de altura, el cual nos sirvió de referencial para orientarnos durante nuestros tiempo en la ciudad.

Mezquita Koutoubia

El tour duró unas tres horas y media y cuando terminó fuimos al zoco para pasear tranquilamente, comprar y maravillarnos con la artesanía expuesta en sus estrechas calles. A mí personalmente la decoración de estilo marroquí me encanta, así que podría haber estado horas mirando todo. Después fuimos a cenar nuestro primer Tajin, el cual estaba riquísimo y nos fuimos a descansar tras un día largo e intenso.

Essaouira

El segundo día fuimos por la mañana en autobús a Essaouira, un lugar que teníamos muchas ganas de conocer y que no nos decepcionó. Es el sitio perfecto para relajarse, hacer surf y comer pescado fresco. Era un ambiente muy hippie, con mucha gente joven y nada de estrés.

Playa Essaouira

El trayecto duró casi tres horas, nosotros compramos los billetes en la estación de autobuses el día anterior antes de hacer el tour, pero también podéis cogerlos online en su web. Al llegar a Essaouira fuimos a nuestro hostel, el Essaouira BeachHostel, donde tras dejar las cosas cogimos unas tablas de surf y fuimos a coger olas, bueno yo a intentarlo al menos…

Comimos cerca del hostel en un sitio local muy barato y con pescado fresco muy rico y nos fuimos a pasar la tarde a la playa. Como en nuestro hostel teníamos terraza en la azotea, nos fuimos allí a ver el atardecer que nos dejó unas vistas muy bonitas. Esa noche nuestro hostel ofrecía una cena tradicional, así que en lugar de ir a la zona de medina nos quedamos a cenar con más gente que se alojaba allí. El menú estuvo buenísimo y nos dejó llenísimos, así que para bajarlo fuimos a dar una vuelta por el paseo marítimo.

Nuestro segundo día volvimos a coger las tablas y echamos la mañana en la playa, las olas no eran muy grandes, pero fue muy entretenido y disfrutamos la experiencia. Volvimos a comer cerca del hostel en un restaurante local y por la tarde descansamos un rato en la azotea, ya que en la playa hacía viento. Cuando bajó el calor nos fuimos dando un paseo a la zona de la medina, la cual estaba llena de tiendas y callecitas de piedra con mucho encanto. Esta medina era muy tranquila e invitaba a pasear, no era nada agobiante como a veces pasaba en Marrakech.

Nos acercamos también a la zona del puerto y la muralla, desde donde vimos un atardecer muy bonito. Si os gusta el pescado fresco, os recomiendo que os acerquéis a la zona de la lonja, donde tenéis varios puesto con diferentes tipos pescados que eliges y te concinan en el momento. Puedes pedir lo que quieras y hacerte un plato tan variado como quieras. Cenamos humos y falafeles en una de las muchas terrazas y luego dimos un paseo por la muralla que estaba ya iluminada, ya que ya era de noche y ofrecía unas vistas muy bonitas.

Essaouira – Fez

Fez está algo retirado de Essaouira y para ir teníamos que volver a Marrakech, así que para partir un poco el viaje y que no se nos hiciera tan largo, decidimos coger el primer autobús a Marrakech, pasar allí la mañana visitando los jardines y a las 3 cogimos el tren a Fez que era un trayecto de 6 horas. Para no cargar con las maletas hablamos con el hostel donde nos alojamos el primer día y nos hicieron el favor de guardárnoslas hasta que tuviéramos que ir a la estación.

Visitamos los jardines Mallorele, un lugar muy bonito lleno de plantas y coloridas fachadas. Después comimos unas brochetas riquísimas y a las 3 pusimos rumbo a Fez. Llegamos allí a eso de las 9:30 y cogimos un taxi hasta la medina, donde se encontraba el lugar en el que nos alojábamos, el Hotel Dar Jannat, un riad sencillo y muy bonito con un recepcionista de lo más atento y simpático. Nos preparó el mítico té moruno de menta y nos ayudó a organizar nuestros siguientes días.

Fez

Fez es una ciudad con muchísimo encanto que respira historia y arte en cada esquina. Sin duda te recomiendo pasear y perderte por sus calles para vivir su esencia. La medina es mucho más sencilla que la de Marrakech y menos agobiante, así que nos sentimos mucho más a gusto y ubicados.

Nuestro primer día fuimos a visitar los lugares más emblemáticos durante la mañana. En primer lugar, como estaba cerca de nuestro hotel, fuimos a Bab Boujloud, la puerta azul, una de las principales de acceso a la ciudad. Después fuimos a A Madrasa Bou Inania, una escuela islámica del sigo XIV con preciosas puertas y pararedes, se puede acceder al patio interior y maravillarte con esas paredes llenas de formas y color.

Madrasa Bou Inania

A continuación nos dirigimos a la zona de Fez el-Bali, la más antigua de la ciudad y patrimonio de la UNESCO. Con calles estechas y empedradas que te transportan a la época medieval. Pasamos por la famosa fuente de Nejjarine, una de las más emblemáticas y bonitas de la ciudad que se encuentra en la playa que lleva su nombre. Continúamos nuestra ruta y llegamos a la Mezquita Al Kairaoine, la universidad más antigua del mundo y uno de los lugares religiosos importantes de la ciudad. No se puede visitar el interior y está rodeada de edificios, no esperéis encontrarla en una zona vistosa, con lo que no se puede llegar a ver su tamaño al completo, pero lo poco que muestra merece la pena la visita.

Fuente Nejjarine

Muy cerca se encuentra la Plaza Seffarine, la zona de los artesanos calderos donde podrás ver como a base de golpear el metal consiguen crear vajillas, ollas, teleteras y todo tipo de objetos. Paseamos por la zona y

Después seguimos bajando pasando por el Zoco Chemainne, donde encontramos todo tipo de frutas secas y especias y por el Zoco Attarine lleno de pequeñas tiendas con productos farmacéuticos, remedios naturales y un sinfín de especias.

Zoco

Paramos a comer en Chez Rachid, un lugar al que fuimos porque uno de sus camaerors nos explicó la noche anterior como llegar a nuestro hotel y nos hizo prometer que pasaríamos por su restaruante y así hicimos. una vez allí nos trato muy bien, muy agradecido por haber cumplido nuestra promesa y nos explicó que su restaurante está recomendado en Tripadvisor y gracias a eso le iba muy bien. He de decir que se merece la mención porque fue una de las comidas más ricas en nuestra semana en Marruecos. El tajin de ternera con ciruelas estaba exquisito.

Después de comer descanasmos un poco y después nos fuimos a pasear por el zoco Nejjarine, a perdernos entre sus calles y maravillarnos con los carpinteros, artesanos y el cuero que vestía las calles. Fez es una ciudad que te invitar a pasear tranquilamente siendo testigo del día a día, dejándote envolver por los olores y colores de sus estrechas calles.

Poco antes del atardecer subimos a una de las cientos de azoteas de la ciudad a tomar un té marroquí y ver el sol caer mientras la ciudad se iluminaba y comenzaba la llamada al rezo, un momento que me parece muy impresionante.

El segundo día lo comenzamos visitando el Palais Royal y sus 7 puertas. Fumos caminando desde la medina y pasamos por un zoco más local en el que se vendían cosas del día del día. Había zonas de electrodomésticos, joyería y telas.

Palais Royal

Después volvimos a la medina y visitamos la Curtiduría Chowara, a nosotros un hombre nos invitó a subir a ver sus productos hechos con cuero y desde de la terraza pudimos ver las curtidurías. Las vimos un poco de pasada ya que por cada zona que pasabas te intentaban vender cosas, pero si os intersa podéis hacer visitas más extensas y mucha gente se ofrece de guía para que puedas disfrutar más de ellas.

Por la tarde fuimos dando un paseo a la Plaza R’cif. Una plaza amplia que termina en una bonita puerta de tres arcos. En esta plaza encontrarás a la gente local pasando el rato, tomando té y vendiendo diferentes productos. Es un buen lugar para darse un descanso antes de volver al gentío de los zocos y las callejuelas. Después volvimos a pasear por la zona de Fez el-Bali que tanto encanto tiene. Pasamos por el barrio Andalusí, que existe desde el IX cuando muchas familias emigraron desde el sur de España a esta zona. Reccorimos las zonas de los zocos que más nos habían gustado y esta vez disfrutamos del atardecer desde la azotea de nuestro hotel. Fuimos a cenar y a decansar ya que al día siguiente madrugábamos para ir a Chefchaouen. Si en lugar de ir a Chefchaouen os quedarais un día más en Fez, podéis visitar el Mausoleo de Mulay Idrís II y Madrasa Attarine, escuela coránica.

Chefchaouen

Que decir del famoso pueblo azul, un lugar precioso y colorido digno de ver. Se encontraba a tres horas de Fez, con lo que supone horas de carretera pero merece la pena. Nosotros fuimos en una excursión de un día que reservamos en el Hotel. Nos vinieron a recoger por la mañana y nos llevaron a un minubus donde nos juntamos con más peronas que venían en el tour.

Al llegar a Chefchaouen nos hicieron un pequeño recorrido por el pueblo y nos dejaron en Utta el Hamman, la plaza principal en la que se encuentra la Mezquita y la fortaleza Kasba. Una vez allí nos dieron 3 horas para visitar el pueblo a nuestro ritmo.

Este pueblo es un lugar para pasear y disfrutar del bonito efecto que crea el color azul por todas partes. Subir y bajar por sus calles y escaleras y perderse por sus estechas calles. Disfrutar del arte de las fachadas y puertas ornamentadas. El pueblo es pequeño con lo que en las 3 horas que tuvimos lo pudimos ver sin prisa. A medida que vas caminando y callejeando verás lugares más curiosos y especiales, como fuentes o calles con tonalidades más fuertes o detalles de otroa colores en las ventanas. Personalmente creo que es un lugar muy único que merece la pena visitar y disfrutar.

Tras gastarnos los pies por este bonito pueblo volvimos a Fez a pareparar la maleta y comer nuestro Tajin y cuscús para despedirnos de este país con tanto encanto y que nos dejó con las ganas de seguir conociendo sus lugares y culturas. Sin duda, un sitio al que volver.

Espero que el post te haya ayudado para conocer un poco más Marruecos y organizar tu visita. Recuerda que otro de los grandes atractivos de este país es el desierto y que puedes visitarlo en disferentes tipos de excursiones de 1 o varios días desde Marrakech, puedes informarm en la web de Sahara city tours.

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