Nos adentramos en una zona de Argentina no tan conocida como el sur, pero que me sorprendió y gustó mucho, ya que tiene mucho que ofrecer. Es una zona más tradicional y con menos turismo internacional que Buenos Aires o la Patagonia, lo que hace que tenga un ambiente más local y cercano.
En esta región hay muchas cosas para ver y preciosos paisajes que disfrutar. En nuestro caso estuvimos 5 días y no paramos, pero si no tienes tanto tiempo, te recomiendo pasar aquí mínimo 3 días. Si te gusta conducir, puedes alquilar un coche para recorrer la región, en nuestro caso, decidimos realizar tours ya que vimos que las distancias eran largas, las carreteras con muchas curvas, además, no sabíamos si nos afectaría el mal de altura.
A continuación te cuento con detalle los que hicimos durante nuestra estancia en Salta.
Día 1: Llegada a Salta
Día 2: Purmamarca y Salinas Grandes
Día 3: Dia 3: Quebrada de Humahuaca
Día 4: Quebarada de las conchas y Cafayate
Día 1: Llegada a Salta
Llegamos a Salta sobre las 3 tarde y dedicamos lo que quedaba de día a conocer el centro de la ciudad, teníamos otro día para visitarla con más tiempo, así que este día nos acercamos a la plaza 9 de Julio y probamos las empanadas de carne, típicas de esta zona. En esta plaza se encuentran algunos de sus lugares mas emblemáticos como el Cabildo y la Catedral. Además, puedes visitar el Museo de Alta Montaña (MAM) y el Centro Cultural América que tiene un bonito interior con una gran vidriera.

En cuanto a lugares donde comer, por el centro encontrarás muchos bares con menú del día económico y en los que no faltarán las empanadas salteñas. Por las noches, es típico cenar en las peñas, unos locales en los que sirven comida tradicional y suele haber música tradicional local.
Dimos un paseo por la zona, cambiamos dinero para el resto de días, hicimos compra para las excursiones que teníamos programadas y nos fuimos a descansar ya que al día siguiente nos tocaba madrugar.
Día 2: Purmamarca y Salinas Grandes
El segundo día nos recogieron pronto en nuestro hostel y pusimos rumbo a Purmamarca, un pueblito que me enamoró. Tiene tradición indígena y se nota en cada esquina, aquí se adora a la Pachamama y se respeta todo lo que nos ofrece. El pueblo es pequeñito con lo que la parada no fue muy larga, visitamos la plaza de 9 de Julio, en la que había una gran variedad de puestos de artesanía y donde se encuentra el Cabildo y la Iglesia de Santa Rosa de Lima.

Aunque Purmamarca es un lugar con encanto, sin duda el protagonista del lugar es el Cerro de los 7 colores, el cual recibe este nombre porque en sus colinas se convierten en una paleta de color que va desde el verde hasta el morado, un lugar único. Para admirar sus vistas puedes hacerlo desde el Mirador del Porito y para conocerlo con más detalle, puedes hacer el “Paseo de los colorados”, una ruta de 3 km en la que podrás admirar el cerro y sus colores.

Una vez terminó nuestra visita pusimos rumbo a las Salinas Grandes, las cuales no se encuentran muy lejos de Purmamarca, pero se tarda en llegar ya que la carretera tiene muchas curvas y es necesario subir despacio para evitar el mal de altura, ya que se encuentran a 3350 metros sobre el nivel del mar.

Las salinas tienen una superficie de 212 km cuadrados y es un paisaje muy distinto a cualquier otro que hubiera visto antes, un manto blanco se extendía en el horizonte contrastando con el azul del cielo, es un lugar muy curioso y al que merece la pena acercarse pese a las curvas y la distancia. Una vez llegas, puedes acceder a una zona limitada, aunque puedes disfrutar del paisaje. En caso de que quieras hacer una ruta por las salinas, tienes la opción de hacerlo con un guía.
Finalmente pusimos rumba de vuelta a Salta, nos esperaba un trayecto largo. De camino paramos en un lugar de artesanía y también en uno de los puntos más altos de la zona.
Dia 3: Quebrada de Humahuaca
El tercer día nos dirigimos a otro lugar con encanto, historia y tradición. Humauaca es un pueblo con casas claras, ambiente de calma y cerros al rededor. Es uno de esos lugares que te invitan a caminar sin rumbo disfrutando de sus calles. De camino, pasamos por Maimará, desde donde vimos la Paleta del Pintor, un bonito cerro lleno de colores que varían a lo largo de sus laderas.

Después hicimos parada en Tílcara, donde un guía local nos hizo un recorrido hablándonos sobre la historia del lugar y llevándonos a los lugares más emblemáticos.

Una vez en Humauaca, un guía nos acompañó y tuvimos la suerte de conocer más a fondo la historia y las tradiciones del lugar, en especial las relacionadas con el carnaval, una de las celebraciones más importantes de la zona y conocida por la famosa canción del “carnavalito”.
Durante nuestra visita conocimos el Monumento a los Héroes de la Independencia, la catedral de Nuestra Señora de la Candelaria, el Cabildo y la plaza central, en la que no podían faltar los artesanos.

En cuanto a los alrededores, conocimos la quebrada de Humahuaca y vimos el cerro de los 14 colores, llamado Serranías del Hornocal, aunque no hicimos ningún recorrido por él. En caso de que vayas en coche y tengas tiempo, desde aquí tienes varios puntos de interés como la “Inica Cueva”, famosa por su arte rupestre; la quebrada de las Señoritas o Iruya, un pueblo del que hablaban muy bien ya que se encuentra en un enclave muy bonito, pero que está bastante alejado y se tarda en llegar por como es el camino. Para llegar puedes hacerlo por tu cuenta en coche o en un bus que sale desde Humauaca y tarda 4 horas.
Día 4: Salta
Este día lo dedicamos a conocer Salta y descansar, los tours que hacíamos eran muy largos y llevaban todo el día, con lo que apenas te da tiempo a conocer la ciudad y terminas bastante cansado. Por tema de disponibilidad de vuelos, ya que desde Salta queríamos volar directos a Misiones, debíamos pasar en Salta 5 días y elegimos dejar este para conocer la ciudad con calma, descansar y seguir organizando el resto del viaje.

Aprovechamos para perdernos por las calles de la ciudad y conocer su arquitectura, visitamos la Basílica Menor y el Convento de San Francisco, sin duda mi rincón favorito de Salta, un templo con una fachada azul y teja con columna y detalles ornamentales, uno de los imperdibles de la ciudad. Otra Iglesia de este estilo es la de Nuestra Señora de la Candelaria de la Viña, muy llamativa con su fachada azul y dorada.

Recorriendo el centro encontramos también variedad de tiendas de artesanía típica de la zona, aunque si te apetece ir de compras te recomiendo pasarte por el Mercado Artesanal de la Av. San Martín, si además te interesa comprar comida regional, puedes visitar el Mercado de San Miguel.
Finalmente, si te apetece descasar en un lugar tranquilo, puedes acercarte al Parque de San Martín, un amplio parque con un lago por el que podrás dar un agradable paseo. Además, desde aquí podrás coger el teleférico que te lleva al cerro de San Lorenzo desde donde podrás disfrutar de unas bonitas vistas de toda la ciudad.
5: Quebarada de las conchas y Cafayate
Nuestro último día hicimos un tour a la Quebrada de las Conchas, una zona de gran amplitud llena montañas de color calizo, valles y bonitos paisajes. Durante el trayecto pudimos disfrutar de vistas panorámicas, paramos en varios miradores y nos adentramos en 3 de lugares más emblemáticos de la quebrada: La Garganta del diablo, El Anfiteatro, el Obelisco y los Castillos.
Cada uno de ellos es especial, pero sin duda hay que hacer una mención especial a la Garganta del Diablo, un estrecho pasillo de rocas altas esculpido por unas cascadas que antes caían por allí; y el anfiteatro, el cual dice que tienen una acústica perfecta para el cante.

Después de perdernos por este enclave de la naturaleza, fuimos a conocer Cafayate, donde tuvimos tiempo libre para pasear y conocer el pueblo. Finalmente, terminamos nuestro recorrido visitando una bodega, ya que esta zona es famosa por sus vinos y hay varias que se puede visitar.
Si tienes tiempo extra en Salta, puedes hacer la excursión al tren de las nubes, un recorrido en tren a 4220m sobre el nivel del mar en el que, debido a la altura, vas entre las nubes. Yo no pude hacerlo por tiempo y porque subía bastante el presupuesto, pero dicen que es una experiencia muy buena.
Otro lugar que recomendaban era Iruya, un pequeño pueblo muy apartado, dicen que tiene una gran belleza y se encuentra en un bonito enclave en medio de las montañas. Lamentablemente no fuimos por falta de tiempo, ya que se encuentra retirado. El pueblo más cercano es Humahuaca, desde donde sale un bus que te deja en Iruya en 4 horas.
